martes, 27 de diciembre de 2011

Nuestra Historia . (PDF, Biblioredes)



Del informe del 5 de Febrero de 1763 de la Comisión Vistas de ojos para solicitar al Gobernador Amat que
el pueblo de indios de Peumo se transformara en Villa. El terreno parejo y se le puede dar del río el agua que fuere necesario. Son tierras de pan llevar, de una fecundidad, no sólo para chacras y sembrados, como para árboles. Es tal que no habrá en el reino lugar que pueda aventajarle. Por cuanto los cerros no sólo desbaratan los malos aires, si no también las heladas.
Existen maderas de pataguas, robles, canelos, coligues, molles, en tal cantidad que los traen a santiago
para edificar o algunas partes está montuosa con tales maderas, pero es fácil su devastación, por una parte
los pobladores para sacar madera de sus casas, y por otra, porque son tierras más fértiles para sus
sembrados.
Las tierras son muy apropiadas para viñas, y se hallan muchas plantadas y aún los montes están llenos de
parrones silvestres.
El río está a la mano y produce multitud de truchas, pejerreyes y bagres; existen dos trapiches y dos
molino, porque por el mucho trigo que se coge nunca están parados.
Al final agregaban: Lo único que puede embarazar sería el pueblo de indios pero se encuentra vaco y sin
quién lo pueda pedir por la Altivez de los naturales. (era por entonces cacique de Peumo Cipriano Catrileo)
Por la comisión firman:
Juan Antonio Mardones Bartolomé Araus
Francisco Saavedra
Presencia Prehistórica de Peumo :
Hace 15 mil años, las tierras de San Vicente de Tagua Tagua, cabe suponer que las de Peumo, también
estaban cubiertas por un tupido bosque de coigues, lleuques, robles o pellines y mañíos, especies que hoy
son componentes típicos de las forestas húmedas y sombrías del sur de Chile.
Esta era una zona de alta pluviosidad y temperaturas bajas, por lo menos, cinco grados más bajo que las
actuales. La vegetación con abundancia de especies arbóreas fue favorecida por la precipitación pluvial que
debió alcanzar a 5.000 mms, como promedio.
Las investigaciones efectuadas indican la forma como han cambiado las condiciones ambientales en los
últimos 30 a 40 mil años en el Chile central. Por ejemplo, hace 27 mil años el nivel del mar era más alto
que en nuestros días y por lo tanto, las aguas penetraban tierra adentro. Tiempo más tarde, el mar bajo de
nivel y el clima fue entonces frío y lluvioso para disminuir siglos después; la época glacial fue propicia para
el surgimiento de ambientes palustres o pantanosos. En San Vicente de Tagua Tagua aparecen restos de
mastodontes, caballos primitivos, ciervos, roedores y otras especies propias de ambientes húmedos y
boscosos.  
Presencia del Hombre : Los restos humanos encontrados por investigadores de la
Universidad de Chile en Cochipuy (San Vicente de Tagua Tagua) tienen una antigüedad de 9.430 años más
menos 320 años antes de cristo.
Los restos hallados en los Vilos, se calcula una edad de 9.150 más menos 150 años y los de Magallanes,
9.550 más menos 170 años.
En San Vicente de Tagua Tagua, las evidencias de la presencia humana la constituyen cráneos alargados de
pómulos pequeños y esqueleto de posición flectada, junto a restos de ranas, coipos, aves, moluscos y peces.
En los niveles más antiguos de la laguna de Tagua Tagua aparecen cráneos muy alargados con indicios de
fogones, puntas de proyectiles, cuchillos, raspadores y punzones hechos de huesos.
La cuenca de lo que fue la laguna de Tagua Tagua es un escenario importante para conocer los inicios de la
trayectoria del hombre en el Chile Central. Esto nos lleva a reflexionar que Peumo, por su cercanía a
Cochipuy, debiera ser centro de investigaciones arqueológicas.Colchagua, selva impenetrable. Sergio
Prenafeta, artículo publicado por ?El Mercurio?.De la Tradición: El Padre Diego de Rosales, en una de sus
obras, explica que la tradición del diluvio se hallaba entre los indios de Chile. Creían que cuando se salió el
mar y amagó la tierra, se salvaron algunos indios en la cima de los montes altos que llamaban ?Tentén?.
Uno de esos montes sería el cerro Gulutrén de Peumo, el signo geográfico más característico de nuestra
comuna.
Breve Relación Histórica
A la llegada de los españoles, los promaucaes. (indios no domados) habitaban la región que se extendía
desde el río Maipú hasta el Maule. A diferencia de los araucanos eran más civilizados y acostumbrados a
vivir agrupados, en lugares determinados y cierta organización social, como por ejemplo: Copequén,
Guacarhue, Peumo, Pichidegua, Rapel, Malloa, Nancagua, Colchagua, Ligueimo, Ranco y otros.
Los promaucaes organizaron una decidida resistencia militar que obligó a don Pedro de Valdivia a
establecer en forma permanente, un destacamento en Doñihue, al mando del capitán Pedro Gómez de don
Benito, quién tuvo que luchar contra los indígenas dirigidos por el toqui Cachapoal y el cacique Peomo.
Pese a su resistencia los promaucaes fueron derrotados y el toqui hecho prisionero.
Por deferencia de Pedro de Valdivia fue autorizado a vivir en el lugar llamado ahora Toquihua, cerca de
Peumo. (toquihua significa tierras del Toqui).
En resumen Peumo perteneció a la región de los promaucaes, de la cual, dijo el escritor Jesuita Alonso
Ovalle que justificaba el significado que le asignaban algunos historiadores: País de alegrías o lugar de
diversiones.
En el año 1585 el obispo Diego de Medellín menciona, por primera vez el nombre de Peumo en un
documento enviado al Rey de España. Con anterioridad, los historiadores citan al Cacique Peomo, de esta
zona, entre los concurrentes a la primera reunión de caciques convocada por Pedro de Valdivia.
En 1600 Fray Diego de Ocaña ratifica la presencia histórica de Peumo, en el primer mapa de esta región y
que incluía, solamente, a Rancagua, Copequén, Peumo, Pichidegua, Rapel Malloa y Liguelmo.
Cabe agregar que las tierras de Peumo pertenecieron a la encomienda de Alhué que le asignara a don Pedro
de Valdivia, doña Inés de Suárez y que se extendía desde Melipilla hasta Peumo. Por su matrimonio con
Rodrigo de Quiroga, en 1548, acrecentó más sus extensas posesiones que abarcaban cinco pueblos:
Apoquindo, Melipilla, Peumo, Colchagua y Teno. Rodrigo de Quiroga e Inés de Suárez no tuvieron hijos,
pero Rodrigo tenía una hija mestiza. Las tierras iban a permanecer, mucho tiempo, en poder de esta
familia, hasta que en 1664 pasaron ser propiedad del Marqués de Villapalma.
Los Marqueses de Villapalma son considerados los genuinos fundadores de Peumo e impulsores de la
agricultura e industrias regionales. Peumo hasta 1664 era calificada como reducto indígena.
En la escritura en que se hace cesión de estas tierras a don Manuel Calvo Encalada, Marqués de Villapalma,
se le ordena que respete las tierras y vecindades más próximas del reducto indígena y con los cuales debe
hacer vida de paz.
Los Calvo Encalada incorporaron las primeras industrias y fueron propietarios de tres minas de oro y dos
molinos de trigo. Además por la gran cantidad de ganado de engorda hacían una matanza casi general para
producir charqui y sebo que vendían al Perú y México.
Un descendiente del Marqués de Villapalma, don Martín Calvo Encalada, alcanzó una destacada actuación
en el período de la Patria Vieja. En Agosto de 1810, el Gobernador García Carrasco lo denunció como
insurrecto que participaba en actividades sediciosas. Lo acusó de pertenecer al grupo de chilenos que
querían organizar una Junta de Gobierno y él posiblemente, sería el Presidente. El 18 de Septiembre de
1810 se formó la Junta y eligió como Presidente a Mateo de Toro y Zambrano, dueño de hacienda en la
comuna de Pichidegua.
Efemérides Relevantes de la Historia de Peumo
18 de Enero de 1763 :
El teniente del Corregidor, por orden expresa del Gobernador y presidente de la Colonia, don Antonio Guill
y Gonzaga, el 18 de Enero de 1753 ponía con su firma, la siguiente providencia al pie de la solicitud
presentada por el Santo Cura de Peumo, Antonio de Zúñiga.
Hagan como se pide en cometre a Don Manuel Quirós. A los pocos días el fiscal de la audiencia de
Santiago, notificaba formalmente en Peumo, a don Manuel Quirós y los interesados en que Peumo fuera
Villa, ya podían ver llenos de satisfacción que se comenzaban por fin las primeras diligencias de
importancia para ver coronados sus deseos. (triunfaba así el primer movimiento de opinión pública de que
se tiene noticia en Peumo) (apuntes para la historia Peumo y sus tradiciones regionales. Pbro. Daniel
Iturriaga)
05 de Febrero de 1763 :
Don Manuel Quirós, cuñado del cura párroco Antonio de Zúñiga, nombrada en comisión para
reconocimiento y vista de ojos a los Sres. Bartolomé Araus, al Fiscal Sr. Francisco Javier Saavedra y al Sr.
Juan Antonio Mardones, quienes al día siguiente ejercían sus funciones y daban como informe sus Vista de
Ojos. A continuación hacían una muy acertada relación del territorio de Peumo. (Apuntes para la historia
de Peumo. Pbro. Daniel Iturriaga.)
Enero de 1793
En este período, don Ambr osio O´Higgins le habría otorgado a Peumo el Título de Villa pero, de ello no
hay constancia oficial. EL Diccionario Geográfico de Astaburuaga lo asegura, aunque no se ha ubicado el
expediente respectivo. De hecho se concedieron a Peumo algunas de las franquicias que en ese tiempo
ganaban las villas, por ejemplo. El establecimiento de la policía y el Juzgado. Esto agregado a otros
antecedentes hizo que Peumo fuera considerado como villa y uno de los pueblos más importantes de la
comuna. Lo anterior está ratificado en la historia de la Parroquia de Peumo de alter Hanish Espíndola
30 de Marzo de 1593:
Alvaro de Villagra, hijo natural de Francisco de Villagra, fue nombrado Corregidor de Teno, Rauco,
Rancagua, Colchagua, Peumo, Pichidegua y otros pueblos. (biografías coloniales, José Toribio Medina).
Las fechas mencionadas justifican, plenamente, encomendar a un historiador, un estudio dedicado a
determinar la fecha de la fundación de la ciudad de Peumo.
30 de Agosto de 1824
En la Constitución promulgada por el Presidente Don Ramón Freire, el 30 de Agosto de 1824, fecha en que
por primera vez se legisla sobre división administrativa del país, se dictó una ley en la que se crearon
cuatro departamentos provincias y cuatro gobiernos, es decir prácticamente se div idió el país en ocho
territorios administrativos, cada uno de ellos bajo la autoridad de un funcionario que representaba
directamente al Supremo Gobierno. La provincia de Santiago abarcaba entonces, según esa ley, todo lo que
es ahora desde Aconcagua hasta el río Maule; en el texto de esa Ley, la ciudad de Rancagua aparece como
delegación y Peumo como Subdelegación o Villa.
09 de Junio de 1874 :
Por Decreto Supremo, fechado el 09 de Junio de 1874, siendo Presidente Don Federico Errázuriz, se otorga
a Peumo el Título de ciudad. La constitución de 1833, lo ratificó.
Día Aniversario de la Comuna:
En 1988, la Ilustre Municipalidad dictó el decreto que declaró fecha aniversario de la creación de la
comuna, el 09 de Junio. En esta misma obra, se incluye el decreto respectivo.
Es oportuno recordar que se sigue considerando como la fecha más relevante el 05 de Enero de 1793, que
conmemora el reconocimiento de Peumo como villa.
LEAMOS LA COMUNA
09 de Junio de 1989
Leamos la Comuna: aprendamos a traducir el significado de todo lo que nos rodea? Conozcamos su
historia vivamos su geografía. Empecemos por sus cerros que ocupan dos tercios de la superficie comunal
y que se inician en la puntilla, al lado del puente ferroviario y que perteneció a la cacique Pérez, esposa de
Cipriano Catrileu, junto al cacique Peomo fueron los mejores defensores de los indios que habitaban el
valle.
Ahí en la puntilla nace el canal Cocalán, río artificial que se da el lujo de tener un túnel para atravesar los
cerros de la cornellana y regar las tierras de las palmas milenarias de cocalán, expresión prehistórica
vigente en el siglo XXI. Frente a Peumo, mira altanero el cerro Gulutrén ? termina en tren porque en su
altura refugiaba a los indígenas en las grandes inundaciones
Hace 45 mil años el cerro estaba cubierto por un bosque tupido de coigues, robles, pellines y mañíos? por
las quebradas sombrías y húmedas se deslizaban las lluvias intensas?la cumbre recogía las quemaduras de
los rayos y el reventar de los truenos. Esos mismos truenos amenizaron las cuecas que bailaba el diablo en
las noches de invierno; en el día descansaba jugando a la rayuela, lanzando rocas al río cachapoal.
Más allá del Gulutrén está el cerro la Gloria, luego los de la Esperanza y la Cornellana. Ellos guardan
pequeñas cantidades de oro y plata que los españoles buscaron con codicia: ahora, son pocos los que
buscan tan esquiva fortuna, pero la montaña todavía tiene un tesoro extraordinario llamado boldo. El
boldo a pesar de su modesta estatura ha logrado que la palabra Peumo, escrita en latín sea conocida en
todo el mundo, porque científicamente se llama, Peumus Boldus. Ahora, bajemos al valle? prolongación de
valle central y con un microclima privilegiado, favorable para la agricultura de ayer y la excelente
fruticultura de hoy.
Esta tierra fue poblada primero por los indios promaucaes, guerreros salvajes no domados. En el año 1460
fue invadida por los incas del Perú, los hijos del sol que trajeron su cultura, organización administrativa y
social? su religión, tejidos, siembras, cerámicas, etc.
Cuando llegaron los españoles, los indígenas hablaban el idioma de los incas, aunque obedecían al cacique
Peomo, por eso los españoles llamaron las ?Tierras de Peomo?.
Por orden de Pedro de Valdivia pasaron a ser propiedad de Inés de Suárez, desde Peumo hasta Melipilla.
Es probable que doña Inés haya ordenado construir la primera capilla de Peumo, y este sería el cristiano
comienzo de nuestra ciudad.
En el centro del valle está el camino que construyeron los incas y la ruta actual sigue la misma huella que
pisaron indios y conquistadores. Por esta ruta pasó en 1600, Fray Diego de Ocaña que dibujó un mapa que
señala los únicos pueblos que había en la región: Codegua, Rancagua, Copequén, Peomo, Pichidegua,
Rapel, Malloa y Ligüeimo. (ENTRE LIGÜEIMO y CHILLÁN no había ningún lugar poblado). Por este
camino en 1793, llegó Don Ambrosio O'higgins para estudiar la petición de crear la Villa de Peumo. A don
Ambrosio le dijeron que estas tierras ?son de pan llevar, de una fecundidad, no sólo para chacras y
sembrados, como para árboles; es tal que no habrá en el Reino un lugar que no pueda aventajarle?. Esto,
escrito hace 300 años es hoy una verdad, elocuentemente, comprobada.
El 16 de febrero de 1585, hace más de 400 años llegó el primer cura párroco, Fray Luis de la Torre, su
salario 200 pesos oro y comida. Desde entonces, 35 párrocos han predicado la fuerza de su Fe, simbolizada
en la cruz que domina el valle y el alma de todas las familias.
ESCUDO COMUNAL
En el escudo comunal está la presencia relevante de Antonio de Zúñiga, párroco durante 54 años llamado
el ?SANTO CURA DE PEUMO?. Su obra de extraordinaria importancia e influencia en el desarrollo de toda
la comuna, destacando la creación de dos escuelas: una de hombre y otra de mujeres, algo notable en la
época.
En esa misma época y por este mismo camino transitó MARTIN CALVO ENCALDA, perteneciente a la
familia del Marqués de Villapalma, creadora de la agricultura e industrias regionales. En el escudo de
Peumo, el escudo de Martín Calvo Encalada ocupa el centro porque agregó su patriótica participación en la
formación de la Primera Junta de Gobierno, el 18 de Septiembre de 1810. También fue reconocido como
gran señor de la calle ahumada de Santiago, donde tenía una de las casas principales del sector.
Por este camino, el 8 de Diciembre de 1897 llegaron 10 mil personas a la inauguración de la Cruz
MONUMENTAL DEL CERRO Gulutrén. (2.400 kilos de fierro y 12 metros de altura) obra notable de una
cura notable. Eliseo Fernández. Este párroco cuando la peste viruela azotó la comuna, iba a las islas del río,
a buscar los apostados que las familias abandonaban para que esperaran la muerte en esas frías soledades?
este dramático episodio originó la creación de un centro hospitalario.
El camino ha sido protagonista y escenario de sucesos relevantes y a veces, sorprendentes: en 1910 los
vecinos de la Rosa, enojados por el mal estado del camino, consiguieron que se creará su propia
municipalidad.
Por el momento, dejaremos para otra oportunidad, otros lugares y otros personajes que también hicieron y
son historia. Pero, antes vaya la siguiente anécdota: en 1840, el presidio era un rancho ubicado al lado del
actual Auditorio Municipal. En el presidio se usaba el cepo para castigo. En cierta ocasión, la policía
sorprendió a tres estudiantes jugando a las bolitas en la calle? en castigo fueron puestos en el cepo
Crisólogo Díaz, Ventura Olea y Juan de Dios Reyes? estos apellidos son frecuentes en el Peumo de hoy, el
cepo es un recuerdo curioso.
Martín Calvo Encalada
Para fundamentar la historia de Peumo es preciso acudir a crónica de don Daniel Iturriaga, Pbro. Y que
constituye un documento trascendente de la comuna. En la citada relación señala ?con relieves especiales
la personalida d del Marqués de Villapalma, don Martín Calvo Encalada: eminente hombre público y un
gran patriota que tuvo actuación de trascendendía en el teje y maneje de la política durante los años de la
Patria Vieja, antes de 1814. Agrega que los Calvo Encalada vinieron a radicarse a estas tierras, más o menos
en 1660, como encomenderos y cuando los reyes de España suprimieron las encomiendas, los Calvo
Encalada siguieron en nuestra zona como propietarios de la rica y entones inmensa hacienda de Codao que
abarcaba todo lo que es hoy la Comuna de Peumo. Los Calvo Encalada fueron siempre muy humanos y
cariñosos con su gente, todos los campesinos que trabajaban entonces en Codao eran a sueldo,
seguramente según el sistema de inquilinaje que ya existía. Don Martín Calvo Encalada, chileno era un
hombre enérgico emprendedor y de gran espíritu público, tenía un carácter especial que le atraía todas las
voluntades y por eso no debemos extrañarnos que su recia personalidad se destacara ante los círculos
sociales, que de vez en cuando frecuentaba en Santiago; es así, como el Gobernador Don Ambrosio
O´Higgins se fijó en él y tuvo el acierto de conseguir con las autoridades de indias que lo designaron oídor
de la Real Audiencia, alto cargo administrativo al que pocas veces llegó un chileno. Enseguida fue
nombrado Alcalde de la capital, cargo que ejerció durante tres años, tiempo en el cual tuvo un gran
desarrollo, obras tan importantes como la construcción del Tajamar del Mapocho, la del palacio de la
Moneda y la del edificio del Comendador. Al finalizar su período alcaldicio, los Reyes de España lo
confirmaban, oficialmente, en su título familiar de Marqués de Villapalma y era ungido como cruzado de
Calatrava y maestro de Campo de los Reales Ejércitos.
Su gran amistad con Ambrosio O´Higgins obtuvo que este Gobernador viniera a Peumo, una de ellas para
estudiar, aquí mismo, los antecedentes que abonaban la petición hecha por el Marqués y el Santo Cura de
Peumo, de que esta aldea fuera elevada al rango de villa.
Es de interés destacar, además las actividades que con ferviente dinamismo, desarrollo don Martín Calvo
Encalada en beneficio de la causa patriótica. Ya varios años antes de 1810, había grupos de chilenos que
ardientemente, suspiraban por ver a su patria independiente, libre y soberana desde esos años, don Martín
empezó a contarse entre ello, en compañía de otros amigos que tuvieron actuación en la preparación de un
ambiente propicio e esas ideas. Entre estos se encontraban, principalmente, don Gaspar Morán, don
Gregorio Argomedo, don Ignacio de la Carrera y otros que pertenecían a las familias más influyentes y
caracterizadas del período colonial. Las conversaciones que tenían los miembros de este grupo y las
actividades que, por fuerza de las circunstancias debían realizar secretamente en la propaganda de estas
ideas hicieron que las autoridades españolas espiaran, minuciosamente, cuanto ellos hicieran.
El Gobernador García Carrasco que fue el último español que ejerció dicho cargo, tuvo especial
preocupación por don Martín Calvo Encalada, contra quien casi no podía tomar represalias, era oidor de la
Real Audiencia y pertenecía a la aristocracia española por ser Marqués con título hereditario. En carta
dirigida a la corte Española el 27 de Agosto de 1810 García Carrasco hace especial mención de las
actividades sediciosas del marqués y a quien denuncia como insurrecto y hace presente que hay grupos de
chilenos que quieren organizar una Junta de Gobierno, cuyo Presidente se decía sería el propio Martín
Calvo. Era verdad, había un movimiento de opinión muy pronunciado entre los chilenos influyentes que
indicaban a don Martín Calvo como el más digno de presidir la Primera Junta Nacional de Gobierno, esto
no llegó a materializarse porque triunfó el partido que se llamaba de los moderados, fue así como llegó a
ocupar dicho cargo el 18 de Septiembre, don Mateo de Toro y Zambrano, conde de la Conquista y dueño de
la rica hacienda de Pichidegua de esta misma región.
En esos mismo días, el jefe de espionaje, don Manuel Odaguer y Feliz coronel del Cuerpo de Caballería, y
Subinspector de milicias mantuvo en prisión durante tres días a don Martín, sindicado como revoltoso,
gobernaba aún García Carrasco, don Martín exigió ser llevado a presencia del tirano y supo imponerse ante
él, con la sola energía de su carácter y logró, la inmediata libertad. De esto hay constancia en documentos
oficiales.
Las actividades patrióticas de don Martín Calvo Encalada pusieron en alarma aún al Virrey de las
provincias del Río de la Plata, don Javier Elio, en su informe sobre la situación política de Chile, fechada el
20 de Septiembre de 1811, hace mención del Marqués de Villapalma y agrega que en unión de otros tres
revoltosos estaba organizando un ejército en las inmediaciones de Rancagua. Esto era verdad, la Junta
Nacional de Gobierno se había dirigido, en secreto, a los principales hacendados del país pidiéndoles
cooperación necesaria para ir a la inmediata reorganización de un ejército patriota, los caballos, las
provisiones y los hombres tenían que facilitarlos los hacendados: don Martín fue en provincias, uno de los
principales colaboradores de la Junta en este sentido.
Estas y muchas otras actividades que sería largo enumerar hicieron que don Martín Calvo Encalada fuera
señalado en 1811, como uno de los más conspicuos sostenedores de la causa patriótica y por eso, en las
elecciones del Congreso Nacional verificadas en Marzo de 1811, don Martín fue elegido componente de la
Junta ejecutiva que presidiría las reuniones parlamentarias. Ejerció este cargo hasta el 4 de Septiembre,
fecha en que don José Miguel Carrera efectuó un golpe militar.
Hasta aquí el relato del Pbro. Daniel Iturriaga y agrega que es una lástima que no hayamos podido
encontrar más datos de la vida de este ilustre patriótica.
La Plaza de Armas
En 1668, más o menos, don Manuel Calvo Encalada, Marqués de Villapalma daba cuenta a las autoridades
de la colonia que en cumplimiento a lo dispuesto en la escritura de cesión de esta encomienda, ya había
levantado una iglesia y frente a ella había delineado un sitio para plaza. Después seguramente, en esta
plaza, don Martín Calvo Encalada entusiasmaba con su palabra de fuego a los peuminos de 1810
hablándoles de la necesidad de nuestra Independencia Nacional y los invitaba a formar parte del Ejército
Patriota.
Hasta 1942 la Plaza conservó siempre su característica colonial y en 1946, ya no es ni sombra de la que fue
en antaño y para más desgracia, en 1945

jueves, 8 de diciembre de 2011

LÓPEZ

Loooopez¡¡¡
Exclamaba la tía subiendo el tono de voz con aire de suficiencia – don de mando diría ella- en el cual le venía de los lejanos años de su infancia, de esos buenos tiempos en que su padre era uno de los poderosos comerciantes del pueblo. Pero esos años, caducaron  con la vida del abuelo, así la tía tuvo que emplearse en el municipio, donde hubo de aprender a tratar tanto a los que mandaban como a los subalternos.
Looooopez¡¡¡¡¡¡
Y López desde que la divisaba se erguía un poco para cerciorarse que esa voz altisonante y aguda correspondía a esa señorita que le debía andar en sus mismos años. Lo hacía lentamente, pues sus huesos ya apenas podían con él, así que sus labores de jardinero del municipio las desplegaba con cierta elegancia, anclada en una parsimonia fuera para lo que fuera;  el barrido de la hojas, picado de la tierra, podas de los árboles o corte  del pasto.
López, era un sobreviviente, parecía por su aspecto que debiera estar jubilado hace muchos años, quizás algún olvido burocrático lo mantenía de encargado de un par de plazas de Villa el Dorado, singular enclave de la clase media-media en la adinerada Las Condes.
López, se encargaba de tenerla a raya, que no fueran a detenerse los inspectores municipales  o algún vecino hiciera llegar  una carta de reclamo o de sopetón alguno tuviera como llegar al Alcalde. Pero nada de eso había pasado. Así cortada por la calle Las Tranqueras la plaza era una suerte de borrón verde, entre una extensa superficie amarillenta del maicillo que tenía su mayor tránsito a la salida del colegio quedaba en uno de sus costados.
López compartía su función pública con la mantención de los pequeños prados de las casas de la villa. Cuando llegaba a la nuestra, la tía lo acompañaba en su labor a punta de indicaciones que López no parecía rehusar, aunque nada lo sacaba de su lento ritmo. Finalmente al   terminar, recogía su dinero sin siquiera detenerse a contarlo. Se despedía brevemente, haciendo como si fuera sacar su chupalla la cual nunca se desprendía de su cabeza, y de su rostro  se entretejía cierta expresión que rememoraba épocas de más bríos.
Un breve murmullo salía de entre sus labios, lo cual  recordaba lo que debió ser su voz, partía  con su velocidad característica y se alejaba con su carretilla a pasitos cortos.
Mi tía parecía tomarse un descanso después de un extenuante esfuerzo, se sentaba en el sillón del living, por la ventana entreabierta entraba el olor césped cortado que permanecía  por un rato largo en la habitación, confundiéndose con el humo de cigarro que ella fumaba, solo el sonido creciente  del canto de los pájaros la venía sacar de su letargo, y la  volvía a los afanes cotidiano aun por venir en lo quedaba del día.

Raíces

Unos años atrás don Alberto Coliqueo, cuando ya terminaba mi trabajo de campo, me dijo que le había llamado la atención mi interés por el pasado, puesto que él suponía que a los huincas no les importaba. Es sabido que entre los pueblos originarios la historia opera en la cotidianidad, demarcando las relaciones parentales y comunitarias; esta omnipresencia supone una constante latencia de los antepasados. Un fenómeno similar se produce en la élite que hace que su proyección al futuro se estructure a base de una cuidadosa elaboración de lo pretérito: antigüedades, escritos, bienes atesorados, en fin… su lema distintivo es conservar  para proyectarse.
De vez en cuando, en alguna reunión social, los que se sienten parte de una clase privilegiada pueden sorpresivamente, o más bien en forma deliberada, llevar la conversación a esos estadios arcanos y preguntar por ejemplo: “¿Y tú, de qué solar eres?” Y queda claro que los que pertenecemos a otros grupos sociales del país no accedemos de la misma manera a la memoria, por cuanto las vicisitudes con las que hemos irrumpido han alterado la preservación de la memoria oral y sus escasos contactos con los documentos escritos son dispersos y fragmentados. Para los que somos resultado de la convergencia de muchas sangres, hijos de la hibridez, el mestizaje, la orfandad del origen remoto hizo que nuestros antepasados más bien omitieran valiosa información sobre los que nos precedieron. Al menos era lo que sucedía hasta hace un par décadas. La era tecnológica que hemos comenzado a vivir desde que se masificó la máquina fotográfica, la grabadora y posteriormente la cámara y el set de aparatos que han venido después, garantizan que el pasado permanecerá en las futuras generaciones.
Pero, en particular respecto a mi familia, se podrá decir que la estirpe de su ancestro primero esta en un domador de caballos que vivió gran parte del siglo XIX, que transitó por los campos de secano de la comarca de Cauquenes, en permanente atención a los posibles requerimientos de sus servicios. Alcancé a conocer a su último hijo, que era hermanastro de mi abuelo paterno y de mi abuela materna, él había heredado de él una larga vida y la virilidad de procrear hijos a una edad avanzada. No hay muchos datos, salvo que tenía algún dedo menos en una mano, perdido en las durezas de su oficio. Lo imagino en un buen caballo, resultado de su oficio, abrazado al paisaje de los ciclos productivos del ganado, de la crianza de ganados o de la abundancia de los vinos rústicos de las tierras de rulos. Quizás su fuerte era la mediería y no la posesión, pues con su muerte se extingue el vínculo con los parajes de ese Santos Bravo, que al parecer trasmitió un cierto don que llevó a sus hijos a buscar nuevos horizontes. Con ese lejano bisabuelo del Chile previo al centenario, al menos para nuestra familia, se pierden los trazos de nuestra vinculación directa con la vida rural. Mi abuelo paterno se radicará primero en Valparaíso y después en Curicó, dedicado a labores comerciales; mi abuela materna, luego de enviudar, se estableció con su hermano y se casó con el que sería mi abuelo paterno, el español vasco Cuervo Larrondo  comenzando nuestro periplo por el valle del Cachapoal. Algo así como la revolución neolítica a escala familiar, que tiene su anecdotario y sus imágenes sepias, que desde su tiempo nos precisan un pasado indeleble, referencial, y son miradas febriles que transitan por nosotros, remitidas estructuras habitantes de lo onírico y la vastedad de lo ido, luz de lo que vendrá.

martes, 6 de diciembre de 2011

EL PRIMER AÑO DE TESTIMONIOS PEUMINOS

En la foto Manuel Bravo Campos. Mi padre,  peumino por adopción
Han pasado  363 días desde que este blog  esta en el ciber-espacio. Así pues, lo que era mi vieja idea de hace un libro-portafolio sobre mi querido Peumo adquirió este formato. Ha traído consigo la mantención de esta página  acceder a una ciudadanía peumina en este nuevo espacio que nos permite la web.2.0. Queda mucho  por traer a este muro que día a día me acerca a las vivencias, sensaciones y palpitaciones de mi  pueblo y valle amado.