Caminando por mi pueblo, retomo la conversación con
el Gulutren promontorio de divinidades anscentrales
que a estos días de marzo
pasa a telón de fondo
de este paisaje que huele a jazmines en flor
entre el tránsito mecido de las muchachas montadas
en las vetustas bicicletas herederas
y los tractores y sus colosos atestados de frutas
quien en su traqueteo van columpiando las horas del día
y de mis momentos entre la veneración y la angustia.
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